martes, 7 de octubre de 2008

¡VIVA MÉXICO!

Estamos en el mes del fervor patrio, donde todos demuestran su “amor” por este país con banderitas por aquí y por allá, con imágenes de Hidalgo, Morelos y la Corregidora, con lucecillas, con música de mariachi y demás… un total ambiente de fiesta; todo esto parece muy bonito pero me pregunto ¿Qué es lo que celebramos? La respuesta parece obvia: el inicio de la independencia, pero yo cuestiono de nuevo: ¿independencia de qué o de quién?
Pongo en cuestión esa idea porque aunque nos “libramos” de los españoles en 1821, desde ese entonces hemos estado entrando en un proceso de dependencia cada vez más fuerte de los Estados Unidos. En nuestra actualidad además de celebrar la independencia también deberíamos de darnos tiempo para reflexionar sobre la dependencia que actualmente sufrimos: la económica; una dependencia de la que hoy es muy poco probable que podamos salir. Esta dependencia provoca una clara penetración de la cultura de ese país en el nuestro, una muestra de esto, entre muchos otros ejemplos que existen, es el Halloween, que cada vez va tomando más fuerza como festividad en nuestra sociedad, desplazando la tradición del Día de Muertos.
La dependencia económica que hoy padecemos es muy difícil derrotarla, depende del gobierno luchar contra ella, pero parece imposible que esto suceda, pero sí es tarea de cada uno de nosotros combatir contra la infiltración de costumbres que nos trae el dominio económico de Estados Unidos. No me refiero a tirar y despreciar cada una de las cosas que provengan de nuestro vecino, porque si nos dedicamos a esto es seguro que nos quedemos hasta sin calzones, hablo de reflexionar sobre aquello que debemos defender y preservar como nuestro, a aquello que no debe quedar olvidado a la sombra de los usos estadounidenses.
Para terminar aclaro: no me opongo al festejo, abogo por uno conciente y activo, ese que debe durar todos los días, no solamente este mes, y si: ¡Que Viva México!, pero que viva despierto, ya no durmiendo.

EL SUFRIMIENTO DE JESUCRISTO EN LA VOZ DE CORCOBADO

El siguiente texto corresponde a la letra de una verdadera canción de protesta, protesta contra Dios proferida por su hijo más cercano, Jesús. En esta canción Jesús demuestra toda su humanidad al sentirse agobiado, triste y hasta inconforme con su destino, el cuál fue impuesto por su padre. Aquí ya no vemos al ser perfecto que aceptó su misión con entusiasmo, sino al hombre común y corriente que se aterra ante la desgracia próxima a sucederle. En esta canción Jesús quiere renunciar a la muerte en la cruz, que bien sabe será terrible y muy dolorosa.
Esta versión de Javier Corcobado que esta incluida en el álbum “Diminuto Cielo” es muy desgarradora, no conozco la original ni se quién sea el compositor pero ésta es muy recomendable, más si son católicos y tienen algún conflicto con Dios y “su manera” de hacer las cosas… eso si, sin son mochos escúchenla con criterio y no se incomoden, solo es la visión particular del compositor de la canción, tal vez no muy lejana a la verdad, pero nunca una realidad comprobada.

GETSEMANI – CORCOBADO

Nadie velará por mí… Pedro, Juan,
Ninguno me acompañara… Pedro, Juan

Yo quiero decir,
Si puedo pedir,
Que apartes de mí este cáliz,
Ya no deseo su amargura,
Ahora quema, yo he cambiado y no se por qué he empezado,

Yo tenía fe,
Cuando comencé,
Ahora estoy triste y cansado,
Mi camino de tres años me parece que son treinta…
¿Y qué mas puede un hombre hacer?

Si he de morir,
Que se cumpla todo lo que tú quieres de mí, deja que me odien,
Que me claven en su cruz.

Yo quiero ver, yo quiero ver mi Dios,
Yo quiero ver, yo quiero ver mi Dios,
Quiero saber, quiero saber señor,
Quiero saber, quiero saber señor,

Si he de morir,
Dime si es por querer ser mejor de lo que fui,
Dime si mi vida con la muerte he de cumplir,

Yo quiero ver, yo quiero ver mi Dios,
Yo quiero ver, yo quiero ver mi Dios,
Quiero saber, quiero saber señor,
Quiero saber, quiero saber señor,
Que con morir que voy a conseguir
Que con morir que voy a conseguir,
Quiero saber, quiero saber señor,
Quiero saber, quiero saber señor…
¿Por qué he de morir?, ¿por qué?,
Dime por qué quieres que me claven en su cruz,
Muéstrame el motivo, dame un poco de tu luz,
Di que no es inútil tu deseo y moriré.
Me enseñaste el cómo, el cuándo pero no el por qué.

Muy bien yo moriré, pero, pero, por favor,
Cuando muera, cuando muera mírame por favor, mira mi muerte.

Yo tenía fe,
Cuando comencé,
Ahora estoy triste y cansado,
Mis tres años ya son miles,
¿Por qué entonces tengo miedo de querer todo terminar?

Dios yo no empecé,
Fue tu voluntad,
Dame el cáliz de amargura,
Pero pronto,
Hazlo pronto o yo me voy a arrepentir.